La programación ajustada a la persona es una estrategia clave que utilizo para crear programas de entrenamiento efectivos y personalizados para cada uno de mis clientes.

En pocas palabras, implica diseñar un programa de entrenamiento que se adapte a las necesidades y objetivos específicos de cada cliente. En lugar de seguir una rutina genérica de ejercicios, me aseguro de que cada cliente tenga un programa que esté diseñado específicamente para ellos.

Para lograr esto, comienzo por hacer una evaluación completa de las habilidades, limitaciones y objetivos de cada cliente. Esto incluye evaluar su nivel de condición física actual, identificar cualquier lesión o afección médica preexistente y comprender sus objetivos específicos en términos de salud y estado físico.

Con esta información en mente, puedo diseñar un programa de entrenamiento que sea seguro, efectivo y ajustado a sus necesidades. Por ejemplo, si un cliente tiene una lesión en la espalda, puedo adaptar su programa de entrenamiento para evitar ejercicios que puedan agravar la lesión y enfocarme en ejercicios que fortalezcan los músculos de soporte de la espalda. Si un cliente está buscando perder peso, puedo diseñar un programa que incluya una combinación de ejercicios cardiovasculares y de fuerza para quemar grasa y construir músculo.

Además, esto también significa considerar las preferencias y limitaciones personales de cada cliente. Por ejemplo, si un cliente no disfruta de los ejercicios de alta intensidad, puedo diseñar un programa que se centre en ejercicios de baja intensidad. Si un cliente tiene horarios limitados, puedo diseñar un programa que se ajuste a sus horarios y estilos de vida.

En resumen, la programación ajustada a la persona es una estrategia clave para los entrenadores personales que buscan crear programas de entrenamiento efectivos y personalizados para cada uno de sus clientes. Al adaptar el programa a las necesidades, habilidades y preferencias de cada cliente, podemos asegurarnos de que obtengan los mejores resultados posibles y se mantengan motivados y comprometidos con su entrenamiento.

Mi trayectoria no fue la típica de un estudiante destacado, pero desde temprana edad tuve claro mi interés por el deporte. Después de completar el bachillerato, decidí seguir una ruta que me acercara a mi pasión. Opté por el programa TAFAD (Técnico superior en actividades físicas y deportivas) como un puente hacia la universidad. Concluí este período con excelentes calificaciones y pasé los exámenes de selectividad para asegurar mi ingreso a la Universidad de Granada. 

Para mí, este logro marcó el comienzo de un sueño hecho realidad. Durante mis años universitarios, combiné mis estudios con trabajos como monitor de sala, instructor de natación, socorrista marítimo y profesor de esquí. Sin embargo, justo el año de terminar la carrera en 2018, sufrí un contratiempo significativo. Después de una noche de celebración en Cabo de Gata durante la festividad de San Juan, tuve un accidente mientras realizaba una ruta y me terminé fracturando el codo. La fractura fue compleja, con una severa lesión en la cabeza del radio. Después de pasar por tres hospitales en ocho días, finalmente fui operado para corregir la lesión. Recibí noticias preocupantes cuando los médicos me informaron que, en el mejor de los casos, solo recuperaría el 70% del rango de movimiento en mi codo. 

En lugar de rendirme ante la adversidad, decidí enfocarme en mi recuperación y buscar orientación en los mejores expertos. Pocos días después de la operación, acudí a un excelente fisioterapeuta en Segovia para iniciar la rehabilitación. A los 20 días, ya había recuperado el 80% de la movilidad, pero fue solo después de seis meses de intenso trabajo que logré recuperar el 90%, y un año después, alcanzar el 100%. Este proceso de recuperación fue un verdadero logro, especialmente considerando las advertencias iniciales de los médicos. Si no hubiera dedicado tanto esfuerzo y no me hubiera asesorado con expertos, no habría alcanzado este nivel de recuperación. 

Este desafío personal despertó en mí un deseo aún más profundo de ayudar a otras personas que enfrentan lesiones similares y no cuentan con los recursos o contactos adecuados. Motivado por esta experiencia, decidí estudiar un máster en readaptación de lesiones y desde entonces, no he dejado de ampliar mis conocimientos en biomecánica articular, neurociencia, respiración y las últimas tendencias en rehabilitación de lesiones. Si estás enfrentando una lesión, has sufrido un accidente o te encuentras luchando contra una enfermedad, no dudes en contactarme. Estoy aquí para ayudarte en tu proceso de recuperación y compartir contigo todo lo que he aprendido en mi camino hacia la recuperación completa.

Mi historia

Mi trayectoria no fue la típica de un estudiante destacado, pero desde temprana edad tuve claro mi interés por el deporte. Después de completar el bachillerato, decidí seguir una ruta que me acercara a mi pasión. Opté por el programa TAFAD (Técnico superior en actividades físicas y deportivas) como un puente hacia la universidad. Concluí este período con excelentes calificaciones y pasé los exámenes de selectividad para asegurar mi ingreso a la Universidad de Granada. 

Para mí, este logro marcó el comienzo de un sueño hecho realidad. Durante mis años universitarios, combiné mis estudios con trabajos como monitor de sala, instructor de natación, socorrista marítimo y profesor de esquí. Sin embargo, justo el año de terminar la carrera en 2018, sufrí un contratiempo significativo. Después de una noche de celebración en Cabo de Gata durante la festividad de San Juan, tuve un accidente mientras realizaba una ruta y me terminé fracturando el codo. La fractura fue compleja, con una severa lesión en la cabeza del radio. Después de pasar por tres hospitales en ocho días, finalmente fui operado para corregir la lesión. Recibí noticias preocupantes cuando los médicos me informaron que, en el mejor de los casos, solo recuperaría el 70% del rango de movimiento en mi codo. 

En lugar de rendirme ante la adversidad, decidí enfocarme en mi recuperación y buscar orientación en los mejores expertos. Pocos días después de la operación, acudí a un excelente fisioterapeuta en Segovia para iniciar la rehabilitación. A los 20 días, ya había recuperado el 80% de la movilidad, pero fue solo después de seis meses de intenso trabajo que logré recuperar el 90%, y un año después, alcanzar el 100%. Este proceso de recuperación fue un verdadero logro, especialmente considerando las advertencias iniciales de los médicos. Si no hubiera dedicado tanto esfuerzo y no me hubiera asesorado con expertos, no habría alcanzado este nivel de recuperación. 

Este desafío personal despertó en mí un deseo aún más profundo de ayudar a otras personas que enfrentan lesiones similares y no cuentan con los recursos o contactos adecuados. Motivado por esta experiencia, decidí estudiar un máster en readaptación de lesiones y desde entonces, no he dejado de ampliar mis conocimientos en biomecánica articular, neurociencia, respiración y las últimas tendencias en rehabilitación de lesiones. Si estás enfrentando una lesión, has sufrido un accidente o te encuentras luchando contra una enfermedad, no dudes en contactarme. Estoy aquí para ayudarte en tu proceso de recuperación y compartir contigo todo lo que he aprendido en mi camino hacia la recuperación completa.

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